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Colombia y colombianos en el exterior

Acoso bancario: Estrés y depresión en los deudores morosos como consecuencia de la presión desmedida por parte de los acreedores

Angustia, falta o exceso de apetito, respiración y pulso acelerados, dificultad para dormir, sensación de intranquilidad constante, pérdida de interés en las cosas que antes eran importantes y ansiedad ante el mínimo sonido emitido por el celular o teléfono fijo por temor a la llamada del acosador de siempre. Parece una película de terror, pero no lo es, es la realidad a la que día a día miles de colombianos con deudas se ven expuestos.

En esta oportunidad queremos abogar en defensa de los miles de deudores morosos, exponiendo una situación vergonzosa y dolorosa que desafortunadamente no se remonta a casos aislados, sino, a la regla general: El acoso bancario a los deudores morosos. Cabe recordar, que nuestra intención aquí no es señalar nombres específicos ni entrar en peleas uno a uno, por el contrario, nuestro objetivo es hacer evidente una situación sin pies ni cabeza que afecta la tranquilidad e incluso la calidad de vida de quienes la padecen.

Comencemos por lo primero, ¿Por qué un deudor se convierte en deudor moroso? Existen cientos de razones las cuales hemos mencionado en momentos anteriores, sin embargo, hay algo en común, sin importar la razón, la regla general nos dice que quien llega a la quiebra no lo hace por voluntad propia, la quiebra es un estado al que se llega después de una serie de eventos desafortunados en los cuales el deudor en cuestión pierde el control de la situación. Sabiendo esto, podemos comprender que el llegar a la quiebra supone en sí un estado de angustia, que el deudor es consciente de su situación y que esa misma angustia a manera de súper poder le otorga la capacidad de recordar cada deuda con cada banco en su memoria, situación que hemos comprobado una y otra vez cuando quienes llegan a nuestras oficinas nos sorprenden al saber de memoria sus deudas y decirlas exactas, entonces, ¿Existe realmente la necesidad de recordarle a estas personas su situación varias veces al día a cada día de la semana? No.

Antes de continuar, aclaremos algo, entendemos la necesidad de las llamadas de cobro ocasionales, las entidades financieras como cualquier otra empresa necesitan capital para poder pagar a sus empleados, sus recibos, entre otros, por lo tanto, es entendible que ante la demora en el pago de algunos de sus clientes, se vean obligados a realizar llamadas para verificar lo sucedido y recordar la deuda, no obstante, hay una brecha inmensa entre una llamada cordial donde se le de la oportunidad al deudor moroso de contar su situación y buscar una salida negociada con plazos más largos para el pago de las cuotas, reducción en las tasas de intereses, entre otras opciones, y la alternativa de cerrar las puertas a la negociación y clavar el golpe final haciendo llamadas constantes sin respetar fines de semana, festivos, o noches.

En conclusión, nuestro objetivo aquí no es solicitar que no se hagan llamadas, puesto que sabemos que son necesarias, nuestro objetivo es concientizar sobre el daño que hacen las llamadas desmedidas en el deudor quien llega al punto de sentir pánico ante cualquier sonido de su celular, pues sabe, que al otro lado de la línea le pueden esperar reclamos y amenazas de embargo o remate.

Lastimosamente, el panorama no parece prestarse (al menos por lo pronto) al cambio, después de todo, fue debido a situaciones como esta que la Ley de Insolvencia de Persona Natural no Comerciante nació, para ofrecer un salvavidas a todas esas personas que por motivos de fuerza mayor no pueden cumplir con el pago de sus obligaciones. Acojase a la Ley ¡Rompa el ciclo! Nuestras oficinas están abiertas para usted, contactenos.

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