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Colombia y colombianos en el exterior

¿Deudas con su tarjeta de crédito? Puede no ser su culpa

En el artículo de hoy, nos gustaría comenzar con unas sencillas preguntas que posiblemente lo lleven a reflexionar sobre su situación actual de endeudamiento y más importante, sobre cómo llegó a ella, porque seamos honestos, si se encuentra leyendo esto es porque se ubica dentro del grupo de quienes tienen una o más deudas con sus bancos.

Así que comencemos, ¿Tiene usted una tarjeta de crédito?, seguro que sí, ¿Se acuerda por qué la adquirió?, ¿Se acuerda siquiera si antes de adquirir aquella primera tarjeta se preguntó a usted mismo si debía o no tenerla? Lo más probable, es que la respuesta sea no, y cómo acordarse, si vivimos en un país donde según el diario El Tiempo, cada colombiano debe un promedio de 4,3 millones de pesos por cada tarjeta de crédito que posee.

Si se encuentra dentro del grupo ya mencionado, no se sienta mal, la mayoría de personas no se pone a pensar en las repercusiones que trae el atraso en el pago de las cuotas, puesto que, los bancos y demás entidades prestadoras de créditos, se encargan de mostrar lo fácil que es adquirir una tarjeta, las ventajas que le traerá al poder comprar eso que necesita (o cree necesitar) sin tener que esperar a haber reunido todo el dinero para pagarlo, o le llenan la mente con historias fantásticas sobre como mejorará de su vida y la “tranquilidad económica” que le brindará aquel poderoso pedazo de plástico, olvidándose de recordarle las responsabilidades que vienen con él.

En otras oportunidades hemos hablado de aquellos que se endeudan por condiciones ajenas a ellos como pérdida de trabajo, separación matrimonial o enfermedad, sin embargo, en esta oportunidad, nos vamos a centrar en los que pecaron por confiados y es que claro ¿Si todo el mundo tiene tarjeta de crédito, yo por qué no voy a tener?

Nos han hecho creer que una tarjeta de crédito es símbolo de poder, que es la forma en que le decimos al mundo que nuestra situación financiera es tan buena que un banco accedió a confiar en nosotros para permitirnos comprar todo aquello que deseamos, una tarjeta que entre más alto cupo tenga, más estatus nos otorga. Pero no se confunda, tener una tarjeta no lo hace especial, es de hecho, uno de los trámites más fáciles de realizar en este país donde para conseguir una cita médica a través de una EPS debe esperar un promedio de 3 meses, mientras que, para conseguir una tarjeta, con unas horas basta.

Al momento de adquirir una tarjeta su banco le asegura que ha realizado un estudio en el que determinó que el monto que le otorga es el que usted necesita, no obstante, no le dicen que en dicho cálculo no tienen en cuenta los abusos a la tarjeta, las compras compulsivas, las pérdidas de empleo o las temidas cuotas de interés.

El mecanismo de las tarjetas opera siempre en beneficio del banco, no se deje engañar, ese regalo divino que le permitió adquirir el carro de sus sueños a cuotas de 8 años, no es más que una camisa de fuerza que lo ata a cuotas cada vez más altas que lo llevan a pagar el triple de lo que debía pagar inicialmente.

Deberíamos, como colombianos, exigir que las regulaciones para adquirir una tarjeta sean más rigurosas y así protegernos de endeudamientos, o por lo menos, ser más cuidadosos a la hora de usar nuestras tarjetas ya que no todo es malo, sí existen formas responsables de usarlas, pero eso será tema para otro blog.

Si al leer este artículo llega a sentirse, aunque sea un poco identificado, es hora de buscar ayuda, recuerde, que aquí estamos y no está solo.

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