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Impacto psicológico de las deudas: ¿Cómo impacta una posible quiebra en la salud emocional?

Llamadas telefónicas de los bancos, amigos o incluso familia a primera hora del día, a última hora de la tarde, en un fin de semana o en medio de un almuerzo de lunes festivo, son frecuentes para todos aquellos que se ven invadidos por las deudas. Llamadas de interlocutores con mala actitud que tienen un solo objetivo en mente: Cobrar, y que para lograr su objetivo, están dispuestos a usar todos los métodos permitidos por la ley. Llamadas que quitan la tranquilidad, roban el sueño y generan terror.

En esta oportunidad queremos hablarles a todos aquellos que por pérdida de trabajo, cierre de negocios, enfermedades o calamidades, malas inversiones, entre otros cientos de razones que pueden llevar a alguien a la quiebra, se encuentran hoy sin esperanzas, asustados y hasta el cuello de deudas. Queremos decirles que no están solos, que son cientos los casos que por nuestras oficinas han pasado de personas en su misma situación, personas muy diferentes entre ellas, de distintas profesiones, edades, composiciones familiares y estilos de vida, pero con un factor en común: La ansiedad generada a causa de las deudas.

Empecemos entendiendo lo primero, a nadie le gusta estar endeudado, nadie decide deliberadamente adquirir un préstamo que sabe que no podrá pagar, no obstante, en el camino a ese pago se pueden enfrentar a una cantidad inimaginable de obstáculos que ni 

usted, ni nosotros, ni incluso ellos mismos podrían contemplar en un principio. Las deudas suelen llegar por sorpresa y atacar en el momento menos pensado, presentándose como un despido de un trabajo que ofrecía un gran sueldo que permitía pagar intereses y mantener un nivel de vida deseado, como una enfermedad que imposibilita trabajar al jefe de hogar y deja al resto sin ingresos y con el gran hueco económico que la enfermedad lleva consigo, como un divorcio en el que una de las partes se lleva todos los bienes que generaban ingresos o como cientos de formas más que llegan para poner el mundo de cabezas y obligar a buscar dinero de donde no lo hay.

Pero entonces, ¿Qué se hace cuando las deudas son tantas que ya no hay forma de cubrirlas? Pues lo único que se puede hacer, dejar de pagar, y ¿Qué sucede cuando los pagos se detienen? Comienza la angustia.

Partiendo de lo mencionado anteriormente sobre el hecho de que nadie quiere deberle  nadie, o al menos, no en su gran mayoría, las deudas suponen un problema no solo económico que impide seguir viviendo con el estilo de vida al que se estaba acostumbrado, sino también un problema emocional, porque dejar las salidas a comer implica también dejar de participar en algunos planes con amigos, cambiar a los hijos de colegio implica un nuevo comienzo en un ambiente distinto, vender el carro implica encontrar nuevos medios de transporte y recibir llamadas de cobro implica recordar constantemente que existe la posibilidad de un embargo o remate donde lo poco con lo que aún se cuenta desaparece.

Las deudas afectan a todos, tanto a la madre que ya no tiene cómo alimentar a sus hijos como al padre que ya no puede darle a su hija el viaje prometido, sin importar el nivel social o el monto de las deudas, todos los que las tienen las sufren, algunos, seguramente en mayor medidas que otros, pero ¿De qué sirve entrar a comparar quién sufre más en una situación donde todos son perdedores? De nada, es por eso, que en vez de juzgar lo que se debe hacer es buscar soluciones a un problema que llega a ocasionar graves consecuencias psicológicas como la ansiedad, la depresión o la pérdida de sueño.

Desafortunadamente hemos conocido casos de aquellos que en su desespero económico recurren a medidas definitivas como el intento de suicidio o la ingesta de drogas o medicamentos psiquiatricos (en exceso) con el fin de “manejar la ansiedad” medidas que no son más que otra muestra de su nivel de agobio y que se convierten en casos que deben ser tratados por profesionales de la salud mental, sin embargo, para aliviar la carga emocional en muchos casos no es suficiente con hacer un tratamiento adecuado, también, se necesita eliminar el problema de raíz y salir de las deudas.

Si usted se encuentra identificado con alguno de los casos aquí expuestos, o si conoce a alguien que esté atravesando por una situación similar, no dude en buscarnos, en Chao Deudas a través de la aplicación de la Ley de Insolvencia de Persona Natural no Comerciante creamos una estrategia legal a su medida que le permita salir de deudas de forma legal y sin créditos, obteniendo mayores plazos en el pago de deudas, disminuyendo o incluso eliminando intereses, evitando o suspendiendo embargos y remates y finalmente ¡recuperando su tranquilidad en el proceso!

Comuníquese ahora a través de whatsapp o en nuestra sección de contacto, lo estamos esperando.

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